El 30 de abril de 1.877, Charles Cros (Fabrezan, Francia, 1849 – París, Francia, 04/07/1899) descubrió el principio de grabación sonora. Cros había reunido laboriosamente cincuenta francos para registrar una patente de invención en la Academia de Ciencias de París. Al salir de su casa el 10 de abril de ese mismo año, llevaba consigo un sobre lacrado en cuyo anverso había escrito: "Procedimiento de registro y reproducción de los fenómenos percibidos por el oído". Adentro, en tres páginas manuscritas, describía una sorprendente máquina parlante que había bautizado como "paleófono".
El 19 de diciembre de aquel mismo año el estadounidense Thomas Alva Edison (Milán, Ohio, 11/02/1847 - West Orange, New Jersey, 18/10/1931), con problemas auditivos desde su juventud, construyó y patentó por primera vez un medio para poder grabar el sonido y reproducirlo posteriormente a voluntad. También él desconocía hasta qué punto se estaba iniciando una verdadera revolución en el panorama musical mundial. Edison denominó a aquel aparato primigenio fonógrafo perfecto, dando lugar a un sinfín de nuevas posibilidades y de aplicaciones en el universo sonoro.
A partir de 1877, muchas personas se sumaron a la iniciativa emprendida por Edison, todas ellas entusiasmadas con ese invento casi mágico de finales del siglo XIX.. Fueron ellos los encargados de dar el primer gran impulso a estas máquinas parlantes ("talking machines").
En trece años desde el nacimiento del fonógrafo, se habían utilizado tres tipos de materiales como soportes para la grabación y reproducción del sonido que fueron ensayados, además del propio Edison, por cientos de investigadores ingleses, norteamericanos, franceses e italianos.
Esencialmente, el fonógrafo perfecto – comúnmente denominado fonógrafo -, consiste en un sistema de membrana-bocina unida a un estilete que actúa sobre una capa de cera parafinada que recubre la superficie de un cilindro. Éste realiza un movimiento combinado alrededor de su eje y a lo largo del mismo, mientras el estilete produce una huella de trayectoria helicoidal sobre su superficie, que es coherente con las vibraciones de la membrana. Recíprocamente, durante el periodo de reproducción, el estilete recorre la huella sobre el cilindro y transmite a la membrana unas vibraciones análogas a las que previamente habían servido para impresionar la misma.
El papel de estaño fue el primero de los soportes utilizados por Edison. Posteriormente, le siguió el tubo de cartón parafinado. En 1890, el cilindro de cera macizo se convirtió en el feliz encargado de comenzar con la difusión comercial fonográfica. Durante el transcurso de esos años se discutieron y cuestionaron centenares de posiciones relacionadas con el invento propiamente dicho, con el perfeccionamiento, con las modificaciones, con la comercialización y hasta con las concesiones otorgadas por el propio Edison. El inconveniente principal del sistema de Edison era la práctica imposibilidad de obtener duplicados de los cilindros mediante moldes, lo que dificultaba la difusión de dichos cilindros para ser comercializados.
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